Redes sociales

lunes, 29 de enero de 2018

DEJANDO FLUIR LA VIDA

Otro año más escribiendo, y echando un vistazo atrás, al año anterior, y a todo lo que ha sucedido. Y que como todos ellos, lo mucho que ha cambiado, lo mucho que he cambiado yo también...
2017 ha sido un año en el que he dejado que las cosas fluyesen por sí solas. Y me acabé dando cuenta de que aunque es bueno y necesario llevar las riendas de tu vida,  no todo sale igualmente como esperas y suceden ciertas cosas de forma insospechada...

Quiero dedicar esta entrada, o mejor dicho hablar de alguien que hoy por hoy es imprescindible en mi vida. Sé que no la leerá, pero tampoco tengo intención de que lo haga nunca. Este rincón perdido por el mundo de Internet es solo mío, mi espacio de desahogo y sinceridad, mi espacio de miedo, mi espacio de sentimientos, mi espacio en el que de vez en cuando hablaré de él mientras forme parte de mi vida.
Ah, que por cierto mientras escribo escucho Louder Than Thounder, de una de sus bandas favoritas. Es una canción triste, pero me recuerda a él, además de que es una canción sentimental. Sí, sentimental, una palabra que hace mucho tiempo pegaba poco conmigo, aunque realmente lo sigo viendo así... Lo dicho, alguien importante forma parte de mi vida, y es real, todo. Nunca he estado tan segura de algo, y con él lo estoy al 100%. Si digo que le quiero nadie me creería, ni siquiera él; está demasiado grabado en mi cara que nunca quiero querer a nadie, ni engancharme. Yo era una persona cerrada y desconfiada, me di cuenta hace bastantes años cuando tenía 16 años y me preocupaba que las personas me siguiesen haciendo daño, se supone que una niña a esa edad no tendría por qué preocuparle esas cosas, pero a mi me preocupaban, fuesen por cosas muy grandes como por cosas insignificantes. Y ahora me veo capaz de volver a confiar en alguien que hace poco menos de un año no existía en mi vida, y todo por probar y atreverme a dejar fluir mi vida y las situaciones que suceden a mi alrededor... y que no falte el haber mantenido el silencio y guardarme las cosas para mí sólo, sin contar con nadie. Por lo que sí, mi 2017 fue un año de mierda en el que una persona se apareció y me reparó, y todo por arriesgarme.