La noche. Momento de calma y recapacitación, dónde todas las personas les hacen un gran favor al mundo y son calladas sumergidas por su propio sueño. Solo yo, despierta, observando como se va alzando la luna con el paso de las horas. Me casaba con la noche.
Mi momento favorito en el que me siento satisfecha, me siento a gusto, ni un alma, ni un ruido, oscuridad, momento en el que solo mis pensamientos están en funcionamiento. Pasan las tres de la madrugada, las cuatro... y yo sigo inmersa en mis pensamientos, la verdad es que es el único momento en el que me pongo filosófica, surgen los: ¿por qués? ¿cómo lo hago? ¿qué debería hacer?, al igual que las maldiciones que le suelto a la gente y al mundo en sí.
La gente que dice que la noche está solo para soñar o irse de parranda está equivocada. Mirándolo desde mi punto de vista, la noche está para apreciar de verdad lo que es el mundo. No escuchas el veneno que sueltan las personas por sus sucias bocas, no observas las acciones que hacen, todas ellas falsas o por sus propios beneficios, no te mira nadie, ni te señala, juzgándote por quién eres o cómo eres, no le dedicas el tiempo a nadie, sólo a ti. Y sí, al día siguiente será otro día, la humanidad procederá a hacer lo que hace todos los días, en modo repetitivo, estarás rodeado de toda ella ¿de verdad todavía me preguntan por qué prefiero la noche? Además, en la noche la luna te ofrece observarla durante horas; esférica, blanca, iluminada, rodeada de las estrellas [habría más belleza si las luces contemporáneas de la ciudad nos dejasen apreciarlas mejor]. Mis noches tratan de esto, a parte de estar acompañada de un buen libro o de mis pensamientos y preguntas, y no como un zombie, pegada a un móvil de última generación, usándolo en cada momento, como si la vida me fuese en ello, dejándolo al lado antes de caer en un profundo sueño y pensando en volver a tenerlo en mis manos al día siguiente. No, no y no.
Levantad la vista, observad lo que la naturaleza nos dedica por las noches, su silencio, sus vistas, porque dentro de unos años irá desapareciendo, el cielo se irá tiñendo de contaminación evolutiva, sin poder apreciar nada; aun que en realidad ¿qué digo? estamos ya en este triste camino, y por desgracia queda poco.
Sayonara ·